Ugíjar desde el Mirador del Amor

Historia y Patrimonio

 

 

SITUACIÓN: 36º55’0’’N 3º28’0’’W
UTM: 4085730458432305
POBLACIÓN: 2613 habitantes
ALTITUD: 559m. sobre el nivel del mar
GENTILICIO: Ugijareño/a
 

Bajo la mole montañosa de Sierra Nevada, en su falda meridional, a 559 metros de altitud, se abre una extensa llanura donde se asienta majestuosa la ciudad de Ugíjar, algo inclinada hacia el río de su nombre, que fertiliza una pequeña vega de espléndidas vistas, hacia las laderas donde se derraman los pueblos de los que antaño fue su Partido Judicial y anteriormente su taha árabe. De clima mediterráneo, de inviernos relativamente suaves y veranos secos y calurosos, aparece al Oriente de La Alpujarra granadina como una exclamación lujuriosa de orografía y paisaje llena de contrastes, que le confieren una extraordinaria singularidad: un valle fértil dominado por solemnes paredes de arcilla rojiza a los pies de las cumbres absolutas de Sierra Nevada. En los confines de La Alpujarra granadina, constituye un oasis fecundo entre un desierto multicolor, donde se respira el gozo de vivir, la despreocupación y la tranquila seguridad de hallarse en un rincón del planeta donde la vida tiene el más genuino sabor. La autenticidad de sus gentes subsiste inalterada en un decorado fiel a su pasado, entre la belleza de sus colores, la alegría de sus fiestas, el calor de sus hogares, la fuerza de su paisaje y el sabor de su gastronomía tradicional.
Ugíjar ofrece al visitante numerosas posibilidades: su patrimonio histórico-artístico se descubre a lo largo de plazas, calles y rincones, en una maravillosa síntesis islámica y castellana; su conjunto museístico, compuesto por el Centro de Patrimonio Cultural, el Centro de Interpretación y el Museo Histórico de La Alpujarra, convierte a este municipio en el gran escaparate de la cultura, la tradición y la herencia alpujarreña. Otros atractivos singulares son la Feria y fiestas patronales, la Feria de Turismo y artesanía y productos tradicionales, Expoalpujarra, y el anual Rally Ciudad de Ugíjar-Alpujarra. Su espléndido aceite, sus maravillosos vinos, sus jamones y embutidos enriquecen las fórmulas culinarias tradicionales elaboradas con excelentes productos de huerta, completados con su exclusiva repostería morisca. La naturaleza también adquiere su máxima expresión: parajes de monte bajo con vegetación multicolor, crestas indómitas de espectaculares panorámicas y barrancos con relieve de cárcavas son los mejores ingredientes para practicar senderismo, rutas en bicicleta y otras formas de turismo activo en cualquiera de sus opciones.

 

 

HISTORIA DE UGÍJAR 

Pocos pueblos tienen una historia tan antigua y apasionante como Ugíjar. Su origen, entre la historia y la leyenda,  se relaciona con el oro de su tierra y tal vez por ello, en la Antigüedad, los griegos remontaron el río Adra  para buscar el oro de la Rambla de Don Durón. Estrabón en el siglo I a.C. en su obra “Geographika” mencionaba una ciudad llamada “Ulyssea” que algunos historiadores identifican con Ugíjar. También ciertos investigadores coinciden en que la Terrera La Cará, con sus inconfundibles farallones de arcilla roja, formó parte de una “Ruina Montis”, un sistema de explotación  aurífera romana basada en la infiltración de agua para provocar el desmoronamiento de la tierra. Pero, sin duda, la realidad histórica de Ugíjar comienza con la ocupación islámica.
Ugíjar fue protagonista de varias sublevaciones contra el poder central de Al-Andalus. Bajo el califa Hisam I (796-798), la tribu de los udríes se rebeló en la fortaleza de Escariantes obligando al emir a intervenir para sofocarla. Entre los siglo IX y X  seguidores de Omar Ben Hafsum se sublevaron al mando de Suar Ben Hamboum el Kaisi. Abderramán III estableció en Ugíjar su cuartel general donde preparó el asalto y la toma del castillo de Juviles. Siglos más tarde, con el desmoronamiento almohade, Mohamed Ibn Hud, se proclamó emir en 1.227 en Escariantes y durante diez años extendió su influencia por  comarcas de Málaga, Córdoba, Jaén, Almería y Murcia. Durante la época nazarí Uxíxar de Albacete configuró su carácter de núcleo administrativo. Su taha ocupaba el centro de Las Alpujarras y desarrolló entonces una economía próspera de productos de huerta, vinos, frutos secos, esencias aromáticas, etc., y una formidable producción artesanal de alfarería y telares de lana y seda, destinados en gran parte a la exportación hacia los circuitos comerciales del Mediterráneo y en otros casos, al pago de parias al Reino de Castilla.  De esta época aún conserva el recuerdo del trazado de sus calles, la disponibilidad de sus barrios, etc.
Lograda la unidad política por los Reyes Católicos, se establecía en Ugíjar una Alcaldía Mayor para gobernar e impartir justicia en toda La Alpujarra y una Colegiata a cargo de un abad y seis canónigos para recuperar la fe perdida. Con esta misión de control se asentaron en la primera repoblación, familias de abolengo como Los Peralta, Salcedo o Quixada. Se abrió entonces una difícil etapa de convivencia entre cristianos viejos y  mudéjares hasta su explosión final el 24 de diciembre de 1.568  en la conocida Rebelión de Las Alpujarras, una guerra de gran dureza que duró tres años y puso en jaque a Felipe II. La iglesia primitiva fue incendiada y, según consta en las Actas de los Mártires, fueron martirizados entre 240 y 300 cristianos. Una nueva etapa se abría  marcada por el trauma de la guerra y una mentalidad martirial se desplegaba en toda su amplitud. Uxixar, Uxijar o Ujijar, como así se la denominó durante la modernidad, se afirmaba como Capital de La Alpujarra, con jurisdicción sobre cuarenta concejos y en 1.782 se convertía en sede de un Corregimiento por  nombramiento real. El día 1 de mayo de 1.894, doña María Cristina, Reina Regente de España, concedió a Ugíjar el título de Ciudad y a su Ayuntamiento, el tratamiento de Ilustrísimo. El municipio de Ugíjar ofrece en la actualidad un amplio abanico de estilos arquitectónicos y edificios singulares, que conforman una fisonomía urbana realmente peculiar. Pero este municipio no es tan solo una historia y  una arquitectura de edificios excepcionales. Ugíjar ofrece mucho más a todos. Sus tradiciones, fiestas, gastronomía y paisaje, concentran toda la esencia y el sentir de La Alpujarra. En la actualidad Ugíjar es una ciudad donde la tradición convive en perfecta armonía con la modernidad. El ámbito comercial confluye en un centro histórico alegre y bullicioso, donde las compras y el tapeo se dan la mano. Todos estos rasgos distintivos, sumados a la extraordinaria situación geográfica y su clima, hacen de Ugíjar un destino  turístico único y diferenciador, elección perfecta para vivir y visitar.